Qué ver en 4 días en Montpellier (Francia)
Montpellier, situada en el sur de Francia, es una ciudad vibrante y elegante conocida por su rica historia y cultura. Este destino menos transitado es un tesoro oculto que ofrece un ambiente estudiantil, arquitectura impresionante y una vida cultural animada. En cuatro días, uno puede sumergirse en la belleza de Montpellier, explorando desde sus calles antiguas hasta sus modernas instituciones. Te invito a seguir este itinerario detallado para descubrir la magia de Montpellier.
Día 1: Explorando el Corazón Histórico
Place de la Comédie
El Place de la Comédie es el punto de partida perfecto para cualquier visitante en Montpellier. Esta plaza emblemática, a menudo llamada el 'salón de la ciudad', es uno de los espacios peatonales más grandes de Europa y el corazón latente de la vida montpellerina. Rodeada por el histórico Opéra Comédie y elegantes edificios del siglo XIX, la plaza es un hervidero de actividad, ideal para observar la vida cotidiana mientras se disfruta de un café en una de sus numerosas terrazas. La estatua de las Tres Gracias en el centro es un punto de encuentro popular y un símbolo de la ciudad.
Paseo por el Ecusson
El Ecusson es el nombre que recibe el casco antiguo de Montpellier, una maraña de calles adoquinadas y plazas escondidas. Pasear por esta área te lleva a través de siglos de historia, con edificios medievales y mansiones renacentistas que albergan boutiques, galerías y cafés. No te pierdas la visita a la Catedral de San Pedro, un imponente ejemplo de la arquitectura gótica del sur de Francia. Su entrada fortificada y su interior majestuoso son una muestra palpable de la rica historia religiosa de Montpellier.
Museo Fabre
Para los amantes del arte, el Museo Fabre es una parada obligatoria. Este museo de bellas artes, fundado en 1825 por el pintor François-Xavier Fabre, alberga una de las colecciones más ricas de Francia fuera de París. Con obras que abarcan desde el siglo XIV hasta la actualidad, incluye piezas maestras de artistas como Rubens, Delacroix y Monet. Una visita al museo no solo es una lección de historia del arte, sino también una oportunidad para apreciar la evolución de la pintura europea en un entorno exquisitamente restaurado.
Día 2: Entre Jardines y Educación
Jardín de Plantas
El Jardín de Plantas de Montpellier, fundado en 1593, es el jardín botánico más antiguo de Francia y un remanso de paz en la ciudad. Con una mezcla de jardines formales, invernaderos y arbustos, este lugar es perfecto para un paseo matutino. Sirvió como modelo para el Jardín de las Plantas de París y es reconocido por su contribución a la ciencia botánica. Además de ser un espacio de belleza natural, es un sitio de investigación y educación asociado con la Universidad de Montpellier.
Barrio Antigone
El Barrio Antigone es un contraste fascinante con el casco antiguo, una visión arquitectónica moderna del famoso arquitecto Ricardo Bofill. Inspirado en el neoclasicismo, las grandiosas estructuras y espacios abiertos de Antigone representan una versión contemporánea de la planificación urbana clásica. Pasear por sus amplias avenidas y plazas te sumerge en una especie de utopía urbana, donde cada edificio refleja una parte de la historia y el mito griegos.
Facultad de Medicina
La Facultad de Medicina de Montpellier es una de las más antiguas en funcionamiento del mundo. Fundada en el siglo XII, su historia está íntimamente ligada al Jardín de Plantas y representa un legado de conocimiento y progreso científico. La facultad todavía ocupa el antiguo monasterio benedictino de San Benito, que puedes visitar para admirar su arquitectura y aprender sobre los avances médicos que allí se desarrollaron a lo largo de los siglos.
Día 3: Cultura y Ocio
Le Corum y la Esplanade Charles de Gaulle
Le Corum es un edificio que alberga una sala de conciertos y un centro de conferencias, y es conocido por su impresionante arquitectura moderna. Ubicado en la Esplanade Charles de Gaulle, un parque amplio y sombreado que es perfecto para relajarse después de un evento cultural, es un punto de encuentro para los aficionados al arte y la música. La esplanade, con su fuente monumental y áreas de juego para niños, es un espacio vivo donde los montpellerinos disfrutan de su tiempo libre.
Château de Flaugergues
El Château de Flaugergues, construido a finales del siglo XVII, es una de las muchas "folies" o mansiones de campo construidas por aristócratas ricos de Montpellier. Rodeado de viñedos y jardines, el castillo es un excelente ejemplo de la vida de la nobleza en la región de Languedoc. Además de su arquitectura, ofrece una experiencia vinícola donde puedes degustar los vinos locales y aprender sobre la viticultura de la región.
Port Marianne y Rives du Lez
La zona moderna de Port Marianne y las Rives du Lez ofrecen una visión de la Montpellier contemporánea. Aquí encontrarás una mezcla de residencias, oficinas y áreas de recreo, todo ello diseñado con una sensibilidad ecológica y urbana. Es un excelente lugar para experimentar el estilo de vida moderno, disfrutar de un paseo en bicicleta o simplemente relajarte en uno de los muchos cafés frente al río.
Día 4: Excursiones y Descubrimientos
Pic Saint-Loup
Aprovecha el cuarto día para una excursión al Pic Saint-Loup, un pico emblemático de la región que ofrece vistas espectaculares de los viñedos y el campo circundante. A menos de una hora de Montpellier, es un paraíso para los amantes del senderismo y aquellos que buscan conectar con la naturaleza. La subida al pico es una experiencia gratificante y el paisaje es ideal para un picnic inolvidable.
Playas cerca de Montpellier
No puedes dejar Montpellier sin visitar algunas de las hermosas playas del Mediterráneo. Lugares como Palavas-les-Flots, La Grande-Motte y Carnon están a un corto trayecto en coche o en transporte público. Cada uno ofrece una experiencia diferente, desde la tranquilidad hasta la animación de los balnearios, con oportunidades para practicar deportes acuáticos o simplemente relajarse en la arena.
Abadía de Valmagne
La Abadía de Valmagne, fundada en el siglo XII, es una de las abadías cistercienses más impresionantes y mejor conservadas de Francia. Situada en un valle tranquilo, rodeada de viñedos, es un lugar de serenidad y belleza arquitectónica. La abadía sigue activa y produce su propio vino, lo que sumado a su restaurante con ingredientes de su huerto, la convierte en un destino donde se puede disfrutar tanto del patrimonio espiritual como del gastronómico.
Montpellier, con sus calles medievales y su arquitectura moderna, su cultura vibrante y su cercanía a la naturaleza, es una ciudad que merece ser explorada con atención y sin prisas. Este itinerario de cuatro días te llevará a través de sus tesoros más preciados, permitiéndote descubrir la esencia de una de las joyas del sur de Francia.
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