Qué ver en 4 días en Brujas (Bélgica)
Brujas, con sus canales serpenteantes y arquitectura medieval, es una joya escondida en el corazón de Europa. A menudo eclipsada por destinos más grandes, esta encantadora ciudad belga ofrece una atmósfera mágica que parece sacada de un cuento de hadas. Su tamaño manejable la convierte en el lugar perfecto para explorar a pie durante 4 días, descubriendo tanto sus famosos sitios como aquellos rincones menos conocidos que rebosan autenticidad y encanto.
Día 1: El corazón medieval de Brujas
La Plaza Mayor (Markt)
El primer día en Brujas comienza en la Plaza Mayor, conocida como Markt. Esta amplia plaza ha sido el centro neurálgico de la ciudad desde la Edad Media. Rodeada de coloridas fachadas y el imponente campanario Belfort, la Markt es perfecta para sentir el pulso de la ciudad. La historia de este lugar se remonta a siglos atrás, y es fácil imaginar el bullicio de los mercados antiguos y festivales que aquí se celebraban. Un consejo útil para los visitantes es llegar temprano para disfrutar de la tranquilidad de la mañana antes de que lleguen las multitudes.
El Campanario de Brujas (Belfort)
El Campanario de Brujas, o Belfort, se alza orgulloso sobre la plaza y ofrece una vista panorámica de la ciudad a aquellos dispuestos a subir sus 366 escalones. Este sitio no solo es un desafío físico, sino también un viaje a través de la historia de Brujas. Originalmente construido en el siglo XIII, el campanario ha sido testigo y protagonista de los momentos más significativos de la ciudad. Su carillón de 47 campanas aún toca melodías que llenan las calles de música, evocando la atmósfera histórica de Brujas.
Las Calles de Brujas
Después de visitar los sitios icónicos, dedica el resto del primer día a vagar por las calles adoquinadas de Brujas. Cada esquina revela un nuevo tesoro, desde las boutiques de encaje hasta los acogedores bares de chocolate. La Steenstraat es una de las calles comerciales principales, donde la arquitectura medieval se mezcla con tiendas modernas. Es imprescindible detenerse en alguna de las chocolaterías para degustar el famoso chocolate belga y llevarse un dulce recuerdo de la ciudad.
Día 2: Arte, cultura y cerveza
Museo Groeninge
El segundo día comienza con una inmersión en el arte flamenco en el Museo Groeninge. Este museo alberga una impresionante colección de obras que abarcan desde el siglo XIV hasta la actualidad, incluyendo piezas de Jan van Eyck y otros maestros flamencos. Es fascinante descubrir cómo la riqueza histórica de Brujas se refleja en sus expresiones artísticas. Los amantes del arte disfrutarán de la oportunidad de ver de cerca los detallados paisajes y escenas religiosas que caracterizan a la pintura flamenca.
La Iglesia de Nuestra Señora (Onze-Lieve-Vrouwekerk)
La Iglesia de Nuestra Señora, con su torre que se eleva hacia el cielo, es una parada obligatoria. Su interior alberga la escultura Madonna de Brujas de Miguel Ángel, una pieza que destaca por ser una de las pocas obras del artista que salió de Italia durante su vida. La iglesia es también el lugar de descanso final de importantes figuras históricas de la ciudad. Su arquitectura y las obras de arte que contiene hablan no solo de la fe religiosa, sino también del estatus que Brujas tuvo en el pasado.
La Cervecería De Halve Maan
Para terminar el día, una visita a la cervecería De Halve Maan es esencial para comprender otra faceta importante de la cultura belga: la cerveza. Esta cervecería familiar ofrece recorridos que explican el proceso de fabricación y la historia de la cerveza en Brujas. Por supuesto, no hay mejor manera de concluir la visita que con una degustación de su cerveza Brugse Zot, una experiencia que deleitará a los aficionados a la cerveza y a los curiosos por igual.
Día 3: Los canales y espacios verdes de Brujas
Paseo en Barco por los Canales
Los canales de Brujas son sus arterias históricas, y un paseo en barco es la manera ideal de comenzar el tercer día. Desde el agua, se pueden apreciar vistas únicas de la ciudad y entender por qué Brujas es conocida como la Venecia del Norte. Este tranquilo recorrido permite descubrir rincones escondidos y aprender más sobre la importancia de los canales en el desarrollo y la prosperidad de Brujas.
El Parque Minnewater
Después de explorar los canales, el Parque Minnewater, con su lago del amor (Minnewater), es un oasis de tranquilidad. La leyenda dice que los enamorados que crucen su puente juntos experimentarán amor eterno. Este parque, con sus elegantes cisnes y vistas pintorescas, es perfecto para un picnic o simplemente para descansar y disfrutar de la naturaleza en medio de la ciudad.
El Molino de San Juan (Sint-Janshuis Mill)
Termina el día con una visita al Molino de San Juan, o Sint-Janshuis Mill. Este molino aún funciona y es uno de los pocos que quedan en Brujas. Subir a este histórico molino no solo permite entender cómo se molía el grano en el pasado, sino que también ofrece vistas maravillosas de la ciudad y sus alrededores. Es un lugar perfecto para reflexionar sobre la historia de Brujas y su relación con la tierra y la agricultura.
Día 4: Historia viva y cultura contemporánea
El Beguinaje (Begijnhof)
El último día en Brujas se puede dedicar a visitar el Beguinaje, llamado Begijnhof en flamenco. Este complejo fue fundado en el siglo XIII como hogar para las beguinas, mujeres laicas que vivían en comunidad religiosa sin votos monásticos. Hoy en día, es un remanso de paz con casas blancas y un museo que muestra cómo era la vida en el beguinaje. Pasear por sus patios tranquilos es como retroceder en el tiempo y sentir la espiritualidad que impregna el lugar.
El Museo de la Cerveza de Brujas
Para entender aún mejor la cultura de la cerveza en Bélgica, una parada en el Museo de la Cerveza de Brujas es imprescindible. Aquí, los visitantes pueden aprender sobre la historia de la cervecería en la región, los diferentes tipos de cerveza belga y la influencia de esta bebida en la sociedad belga. Una experiencia interactiva y sensorial que será apreciada tanto por los conocedores como por los nuevos aficionados a la cerveza.
La Plaza del Burgo (Burg)
Finaliza tu viaje en la Plaza del Burgo, conocida localmente como Burg. Este espacio ha sido el centro administrativo de Brujas durante siglos y está rodeado de edificios históricos, incluyendo el Ayuntamiento y la Basílica de la Santa Sangre. La plaza es un testimonio de la evolución arquitectónica y política de Brujas, y un lugar perfecto para reflexionar sobre todo lo que has experimentado en estos cuatro días mágicos.
Brujas es una ciudad que ofrece mucho más que su famoso chocolate y encaje. Con sus canales, su arte, su historia y su vida cotidiana, esta joya belga es un destino que invita a ser explorado con calma y admiración. Sigue este itinerario y descubre por ti mismo por qué Brujas sigue cautivando a todos los que la visitan.
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